Nacionalsocialismo represor


José Rafael López Padrino

La represión salvaje en contra de los trabajadores de Sidor es un síntoma claro del carácter militarista-burgués del gobierno de Hugo Chávez y lo falaz que resulta su autodefinición como proyecto socialista. Sin embargo, esta nueva arremetida represiva no nos debe sorprender puesto que la violencia ha sido el método predilecto del Tte. coronel para zanjar los conflictos sociales desde su llegada al poder. Recordemos que Sidor fue privatizada y entregada al capital transnacional durante el gobierno de Caldera II, y que el Tte. Coronel se solidarizó con este proceso ya convertido en Primer Magistrado (25/03/1999), ignorando sus criticas expresadas durante su campaña electoral. Es obvio que en este conflicto clasista el régimen ha asumido una posición en favor del gran capital, entiéndase Ternium Sidor (grupo argentino Techint), trasnacional que participa además en el negocio petrolero venezolano a través de la empresa Baripetrol. Este apoyo se ha puesto de manifiesto través de José Ramón Rivero (ministro del Trabajo), quien ha intentado imponer una junta arbitral referida cínicamente como obrerista y bolivariana, ha llamado a un referéndum a espaldas del sindicato, inmiscuyéndose en acciones que sólo le corresponde emprender a la representación sindical, lo que es violatorio de las leyes venezolanas y de los acuerdos de la OIT. Además, ha amenazado con decretar la reanudación forzada de la faena en caso de que se realice una huelga, a pesar de haberse cumplido con todos los requerimientos legales para poder ejercer este derecho. En resumen, han sido acciones del oficialismo destinadas primeramente a desconocer al sindicato de los trabajadores (Sutiss) y segundo a desmontar el conflicto emprendido por los trabajadores en su justa lucha por lograr la firma de un nuevo contrato colectivo. No olvidemos que este régimen, como parte de su política neoliberal, ha coartado la libertad sindical, ha favorecido la flexibilización laboral y se ha negado sistemáticamente a la discusión y firma de la casi totalidad de las contrataciones colectivas de los trabajadores. Pero como si lo anterior fuese poco, los fariseos del oficialismo han recurrido al terror judicial (detención de miembros de la directiva de Sutiss) y a la represión militar abierta en contra de los trabajadores (Trece trabajadores fueron heridos durante manifestación, 14/03/08) con la finalidad de aplastar esta justa lucha clasista. Es obvio que el régimen con esta praxis ha perdido su falsa careta revolucionaria, quedando al desnudo su verdadero rostro neoliberal salvaje. Esta nueva arremetida represiva por parte del gobierno era previsible ante el fracaso de su show belicista frente a Colombia, la pérdida de la iniciativa política y el agotamiento de su discurso demagógico.

Este es el verdadero nacionalsocialismo del Siglo XXI, militarista y represivo, que atropella y veja al sujeto social de todo cambio verdaderamente revolucionario, la clase obrera.

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